Polonia en Venezuela

En el marco de las actividades de la Presidencia Polaca en el Consejo de la Unión Europea, Caracas fue escenario de una destacada celebración cultural con dos conciertos de alto nivel protagonizados por el talentoso pianista polaco Piotr Pawlak. Estos eventos, como parte del Mes de Europa, fueron un homenaje a la tradición musical polaca, con especial énfasis en el intercambio cultural entre Polonia y Venezuela.
El primer concierto se realizó el 31 de mayo en la Asociación Cultural Humboldt, con la participación de la Orquesta Sinfónica Violeta Lárez, bajo la dirección del maestro venezolano Gerardo López. Los asistentes disfrutaron del majestuoso Concierto para piano y orquesta n.º 1 en Mi menor, op. 11 de Frédéric Chopin, una de las obras más emblemáticas del repertorio romántico, interpretada magistralmente por Pawlak. El evento contó con palabras del Encargado de Negocios a.i. de Polonia, Daniel Gromann, quien destacó la importancia de promover el legado musical polaco y de fortalecer los lazos entre jóvenes músicos de ambos países. También intervinieron el Presidente de la Asociación Cultural Humboldt, Walter Arno Erdmann, y el director artístico de la orquesta, Kevin Rodríguez.
El segundo recital, celebrado el 1 de junio en la Villa Planchart, ofreció un repertorio más íntimo con obras de Juliusz Zarębski, Ignacy Jan Paderewski y, nuevamente, Chopin, además de una sorpresa venezolana: una interpretación del Vals Gayo de Teresa Carreño y una emotiva versión para cuerdas de la Fuga con pajarillo de Aldemaro Romero, ambas con el acompañamiento de un ensamble de la orquesta. 
La celebración musical culminó el 2 de junio con una jornada de clases magistrales ofrecidas por Piotr Pawlak en la Academia de Artes Violeta Lárez, con la participación activa de siete estudiantes, entre ellos la joven Carla Miliani, de solo 15 años y proveniente del estado Aragua.
Este ambicioso proyecto fue posible gracias a la colaboración de diversas instituciones: la Orquesta Sinfónica Violeta Lárez, integrada en su mayoría por jóvenes talentos venezolanos; la Academia de Artes Violeta Lárez; la Asociación Cultural Humboldt; y la emblemática Villa Planchart.
Esta iniciativa no solo visibilizó el legado musical polaco, sino que también reafirmó el potencial de la música como puente entre culturas, generaciones y naciones.